El equipo de Los Angeles ha dado un paso en su deseo de reforzar la plantilla al readquirir a Enrique Hernández, el súper utilitario de 32 años. En un acuerdo que involucra a los Medias Rojas, los Dodgers enviaron a los lanzadores Nick Robertson y Justin Hagenman a Boston a cambio del versátil jugador, junto con una suma en efectivo. Durante la temporada baja, Hernández firmó un contrato de un año y $10 millones con los Medias Rojas, pero ha tenido un desempeño ofensivo por debajo de lo esperado, bateando para .222/.279/.320 (60 wRC+), su peor rendimiento hasta la fecha. Para aliviar la carga de su contrato, los Medias Rojas acordaron recibir aproximadamente $2.5 millones restantes en el acuerdo, y a cambio, los Dodgers obtienen una mayor profundidad en el pitcheo.
En los últimos años, Hernández ha experimentado un declive en su rendimiento ofensivo, situándose por debajo del promedio en la mayoría de las temporadas. Esta temporada, la disminución se ha hecho evidente en diversas estadísticas, y hasta el momento, no se vislumbra una posible recuperación. Sin embargo, sigue siendo un valioso jugador defensivo en la segunda base y, especialmente importante en este momento, en el jardín central. Con una lesión de Trayce Thompson que dejó al equipo en aprietos en la posición, los Dodgers se vieron obligados a adquirir al especialista defensivo Jake Marisnick. La posterior lesión de Marisnick en el tendón de la corva dejó nuevamente al equipo con una falta de opciones en el jardín central. Durante esta temporada, James Outman ha sido la principal opción en esa posición, pero su rendimiento con el bate ha ido en declive después de un buen comienzo. Aunque Jason Heyward y el novato Jonny Deluca también han jugado ocasionalmente en el jardín central, ninguno se destaca como un defensor excelente. En este sentido, se puede argumentar que Hernández, entre los jugadores saludables en el roster de los Dodgers, es el mejor defensor en el jardín central.
Hernández ha experimentado altibajos en cuanto a su posición en el campo durante la presente temporada. En algunos tramos, ha jugado exclusivamente como campocorto durante semanas seguidas, mientras que en otros momentos, ha hecho la transición de segunda base o campocorto al jardín central (y viceversa) dentro del mismo juego. Aunque no se le considera un defensor destacado en ninguna de esas posiciones, su versatilidad permite al mánager Dave Roberts tomar decisiones más flexibles en los enfrentamientos con el grupo de jardineros. Además, esto le otorga la posibilidad de reemplazar al campocorto titular Miguel Rojas en situaciones clave, ya que tanto Hernández como Chris Taylor pueden desempeñar esa posición con solvencia después de que Roberts tome decisiones ofensivas.
Es probable que Hernández no ocupe un lugar destacado en la alineación de bateadores diestros, pero su presencia en el campo contribuirá a asegurar que los otros bateadores se enfrenten a lanzadores que se ajusten a sus habilidades. Además, aportará una defensa enérgica y estará listo para realizar jugadas espectaculares y emocionantes. También, su experiencia y carisma añadirán un ambiente familiar y nostálgico en el clubhouse.
Por otro lado, los Medias Rojas recibirán a dos lanzadores de bajo impacto que están listos para dar el salto a las Grandes Ligas. Nick Robertson, un derecho de 25 años, fue seleccionado en la séptima ronda del draft de 2019 procedente de James Madison y ha demostrado ser un prometedor lanzador de relevo. Aunque ha enfrentado algunos desafíos en cuanto a su curva, Robertson ha progresado en las ligas menores y tuvo su debut en las Grandes Ligas en junio. Se espera que se desempeñe como un relevista con una combinación de recta y cambio. En el roster de los Medias Rojas, se unirá a un grupo de lanzadores opcionales.
Por otro lado, Justin Hagenman, quien pronto cumplirá 27 años, ha sido uno de los lanzadores más precisos en las ligas menores durante las últimas tres temporadas, otorgando solo un 6.8% de bases por bolas a los bateadores en 180 entradas. Aunque fue abridor durante tres años en Penn State, su rol ha evolucionado hacia el de un relevista de largo alcance en el béisbol profesional. Antes del intercambio, registró una efectividad por debajo de 3.00 y una relación de ponches a bases por bolas de 5 a 1 en 55 entradas en Triple-A Oklahoma City. Hagenman se caracteriza por lanzar en el rango de 91-94 mph con un buen movimiento descendente, confiando en la calidad y precisión de su lanzamiento secundario para tener éxito. Su cambio de velocidad, generalmente entre 86-87 mph, tiene un gran desvanecimiento y es su arma más efectiva en términos de movimientos, aunque su control deslizante de 45 grados es también una herramienta importante para mantener a los bateadores en jaque.